Rebeca vital

Rebeca vital
Cuernavaca, Morelos (2010)

sábado, 28 de mayo de 2011

Líneas

Hermana querida:
Los días pasan y no me resigno a tu ausencia, en cada minuto de mi vida estás presente, si estoy trabajando, limpio la casa, hablo con mis hijos, con Claudio, con mi amigos, cuando reviso mi correo, en fin, siempre.

Ayer por ejemplo, a un grupo de niños de 7 años les mostraba un libro para niños "Caperucita roja" recordé que me lo habías enviado hace ocho años, supe en aquel tiempo que convenciste a Roberto de que lo comprara, junto con otro de "Pulgarcito" estoy segura que tu decidiste los titulos, eras una experta. Después les enseñe otro, el de ¡Viva Miguelito! me hubiera encantado describirte las caritas de asombro y las risas cuando descubren un niño desnudo.

¡Cuántas cosas! por estos rumbos me dicen que todavía no metabolizo tu muerte, la palabra metabolizar ni siquiere existe en el diccionario de la lengua española. Será que todavía no acepto tu muerte, aunque me niego aceptar la no aceptación, por la simple razón que no quiero ofender tu memoria. Y digo ofender porque fuiste un ejemplo de vida, una inspiración, una fresca brisa en un ambiente de constante confusión.

Rebe querida, me haces mucha falta, estoy triste, menos mal que el mundo se apiada de mi y tengo un montón de cosas pendientes, por ahora las clases de mediación cultural, dentro de un par de semanas las vacaciones escolares y luego a seguir recordando que hace justo un año nos volvímos a abrazar despues de diez años de ausencia.
Ni hablar, la vida sigue, hasta pronto.